Hay un tema que desde hace años está provocando inseguridad en algunos vecinos y vecinas de nuestro pueblo y, por otro lado, sirviendo de juguete electoral para algunos partidos políticos: el mercado de abastos.
Es mucho lo que se dice de un lado y otro, pero conviene analizar qué y quién lo dice para no caer en trampas que hagan de nosotros/as un sujeto servil para el beneficio de aquellos que han demostrado, una y otra vez, servir a intereses que poco tienen que ver con los de la mayoría.
Pero antes, hagamos un breve repaso a la cronología de hechos.
Hace casi 32 años se construyó el mercado, el cual se hizo de prisa para poder inaugurarlo antes de las elecciones, sin tiempo para que la obra fraguara adecuadamente y sin impermeabilizar. Años después, a la vista de que el mercado se hundía debido a las filtraciones que llevaban minando el edificio 30 años, el equipo de gobierno de ese momento encargó unas obras de impermeabilización que tampoco se hicieron bien.
En verano de 2010, el anterior gobierno municipal cerró el Parking Leo de la noche a la mañana y dio la concesión por 30 años a una nueva empresa con el compromiso de que arreglara los problemas del parking y del mercado. Abramos un paréntesis en este punto:
Uno de los argumentos más utilizados por toda la oposición, incluida Izquierda Unida y Podemos (ahora Adelante Almuñecar – La Herradura), es la privatización de este espacio público. Y así es: a excepción de los puestos del mercado de abastos que seguirían siendo de gestión municipal, el resto del edificio y el aparcamiento subterráneo sería de gestión privada, prácticamente como ahora, a cambio de la realización de la obra.
Como decía, conviene ver qué se dice y quién lo dice para no ser engañados/as. Copio del acta de pleno del 26/4/2010 el siguiente acuerdo:
«… El Ayuntamiento Pleno, por mayoría de dieciocho votos a favor de los concejales convergentes, populares y socialistas, uno en contra de IU y una abstención del andalucista, acuerda:
PRIMERO.- Adjudicar a la empresa MOVIMIENTOS DE TIERRAS HNOS GARCÍA MOTRIL el contrato de concesión para la reforma y explotación del aparcamiento subterráneo para automóviles en el Mercado Municipal, por un canon anual de 45 Euros/Plaza/año.
1) Plazo de Concesión 30 años.
…»
Pues no veo mucha diferencia, la verdad.
No hubo ningún clamor popular contra esta privatización del espacio público, como no lo ha habido por ninguna de las privatizaciones llevadas a cabo por los diferentes gobiernos municipales, siempre apoyadas por el resto de la corporación a excepción de Izquierda Unida.
Como muestra, copio la intervención del concejal de IU, el único que trató el tema de la privatización en ese pleno:
«…sería una buena oportunidad para hacer por parte del ayuntamiento una gestión directa. La postura de IU es estar en contra de la privatización y apostar por la gestión directa, por lo cual vamos a votar que no”.
En diciembre de 2010 dieron licencia de obras a la empresa. Las obras tenían que hacerse en cinco meses.
Llegó junio, el gobierno había cambiado, el plazo de cinco meses había acabado y las obras no se habían realizado porque la empresa se dio cuenta de que el arreglo costaba mucho más de los 500.000 euros que habían calculado cuando se quedaron la concesión del parking.
A la empresa no le salían las cuentas y se resistía a hacer las obras, pero tampoco quería dejar la concesión.
A partir de ahí, el gobierno municipal cerró el parking y apuntaló el mercado en vista de los informes técnicos que señalaban un grave daño en la estructura. Y, a la vista está, ha actuado con excesiva lentitud ante un problema que, aunque venía arrastrado, tenían la obligación de solucionar cuanto antes (y han pasado 7 años). Esta incapacidad para resolver el problema ha creado, con razón, inseguridad y malestar en los concesionarios de los puestos y negocios colindantes.
Otro de los argumentos utilizados es que la instalación de un supermercado terminaría por enterrar el mercado tradicional. Y, probablemente, lleven razón. De hecho, coincido con la apreciación. El problema está en que entre los que denuncian esta situación llevan la voz cantante quienes han posibilitado la construcción de cuatro grandes supermercados, el último muy cerquita del mercado de abastos; en San Cristóbal. Eso sin contar los desaparecidos Hiper y Eroski. Y sin contar por supuesto el frustrado Centro Comercial que querían colocar en el P-4. Gritan contra las grandes superficies aquellos que las han traído todas…
Gritan contra la privatización del espacio público los mismos que han privatizado todos los aparcamientos públicos de Almuñécar y La Herradura. Gritan contra la privatización del espacio público los mismos que regalaron a una empresa amiga los bajos del estadio municipal para poner una gasolinera…
Yo desconfiaría de esos partidos que, imagino que por iluminación divina, ahora reivindican un mercado público, porque son los mismos que han vendido antes lo que es de todos/as, entre otras cosas el mercado actual, con la única oposición de Izquierda Unida.
La postura de Adelante es clara: queremos un nuevo mercado municipal de abastos pero no queremos otro supermercado. Defendemos hacer la obra necesaria para dar un servicio digno. No queremos una obra faraónica que dispare el coste. Queremos un mercado atractivo, con aparcamientos suficientes y zonas alrededor del edificio que sirvan de esparcimiento para el vecindario.
Y para tener ese mercado que necesita y se merece nuestra ciudad hay que demoler el actual edificio. Miente quien diga que se puede arreglar ese mercado corroído por el óxido y por la desidia de años y años de tirar el dinero en arreglos de poca monta que no servían para nada que no fuese regalar dinero a las empresas amigas.
A mí que no me esperen, y a Adelante tampoco, al lado de aquellos que vendieron parte del actual mercado, que venden el agua, que fomentaron la construcción de grandes supermercados y que, en definitiva, venden y han vendido todos nuestros servicios públicos.
Puestos a hablar de aparcamientos, que estos mismos informen quién regaló todos los aparcamientos subterráneos de Avda. Juan Carlos, San Cristóbal, Velilla o el Paseo, a las empresas privadas convirtiendo en un negocio el problema del aparcamiento. Hasta las calles se han vendido con el suculento negocio de la zona azul.
Sobra cinismo y desvergüenza. La pena es que con este cinismo y esta desvergüenza se esté engañando a la gente para utilizarla como arma electoral. Marrullería política y mucha sobreactuación, puesto que en el fondo están todos de acuerdo y entienden la política de la misma manera. Están creando un ambiente de crispación asentado sobre el cinismo de aquellos que quieren ganar las elecciones a costa de lo que sea y de quien sea.